Repaso el álbum de las fotografías que nos hicimos con motivo de este viaje y los recuerdos se revuelven en mis neuronas inquietas por revivir aquellos momentos.

 

Lo iniciamos en ARANJUEZ donde nos empalagamos de la solemnidad que le adorna por los cuatro costados del horizonte histórico. Continuamos hacia VALENCIA para sumergirnos en la gran fiesta de las FALLAS y el último día hicimos una parada en la colgante CUENCA.

 

Dedicamos la mayor parte del tiempo (como es lógico) en VALENCIA y en concreto disfrutando del ambiente de sus plazas que se convierten en un auténtico espacio para la diversión y el entretenimiento de adultos y pequeños durante todos los días de la celebración y no faltaron actividades para todos.

 

Por todos los sitios, se dejó sentir el run run de los grandes acontecimientos y después, tras pararnos en las delicadas fallas, templar su contenido directo y cargarnos de la ironía de alto calado literario que presentan, nos llenamos de gratitud por sus mensajes tan sutiles. Ya, tan apasionados de tanto delirio y, como remate, ya en plena apoteosis, el recuerdo a personajes populares que están en la memoria de todos los que observamos estos monumentos efímeros.

 

Como punto final, la intervención de un entendido en los temas falleros, tuvo palabras de elogio hacia el trabajo coordinado de los responsables de su montaje, y le felicitamos por la categoría del evento.